A toda mi familia, amigas, amigos, compañeras y compañeros. Me encuentro privado de libertad en el centro de detención penal Santiago uno y no ha sido fácil asimilar esta realidad, poder comprender el contexto en el cual me veo inmerso yo y mis amigos/as. Es frustrante que se nos liguen cargos de los cuales somos inocentes y que basen sus acusaciones en argumentos tales como contactarnos vía celular, o burdamente tenernos como contactos en las mal llamadas “redes sociales”. Hay pruebas tan absurdas como poseer “abundante literatura” y panfletos que aluden a diversas consignas. En mi caso, se me acusa de tráfico de drogas, siendo que me he mantenido al margen de éstas, en mi vida no consumo ningún tipo de drogas, de ningún grado, menos aun las comercializo. Además se me dictan cargos de porte de armas e incendio, cuando jamás he participado del hecho que se me imputa e involucra la Fiscalía. No es nada nuevo que en Chile se persiguen las ideas y a todas las personas que piensan distinto y cuestionan el orden social impuesto durante décadas, que se busque encarcelar a todo aquel que participe de actividades de organización y reivindicación social. Desde siempre y durante el último tiempo me he hecho presente responsablemente de mis actividades académicas y políticas de mi Universidad. Nunca me he mantenido ajeno a las injusticias que se cometen cotidianamente en el país, injusticias tales como las que se están cometiendo con todos/as nosotros/as. Agradezco a cada una de las personas que nos brindan apoyo, a quienes nos escriben, mandan saludos y cariños, alimentos, útiles de aseo y fuerzas. Muchas gracias por estar presentes físicamente en Tribunales, por difundir información verdadera, y en general, por organizar actividades en solidaridad hacia nosotros/as. Aprecio todos sus gestos amigos y amigas mías, los quiero mucho y nos vemos prontamente en la Universidad, en la calle y sobre todo en ¡Libertad!
Felipe Román Toledo