(Recibido al mail)
(Texto aparecido en publicación «Contra Toda Autoridad» #3)
“Venganza, venganza contra el opresor/ levanta el puño/ desata el horror /nuestra vendetta será su perdición /nuestra convicción es la destrucción de todo lo que nos destruye/ no nos detendremos / nunca nos quedaremos callados aunque nos maten o seamos fusilados.”
(Letras del proyecto musical “Na-Die”, del compañero Ignacio Medina, asesinado en recital de Doom)
En recuerdo de Ignacio Medina, Daniel Moraga, Gastón Anaglabeti y Fabián González…
La noche del 16 de abril de 2015 un concierto de música crust punk cambia de giro, apagando los acordes para dar paso al morbo de la carroña periodístico policial.
La banda Doom se presentaba en Chile en un concierto realizado por un conocido personaje del mundo OI Skin, mánager de una famosilla banda punk local (Fiskales Ad Hock), quien años atrás fue cercano y activo en la lucha por la salida a la kalle de los prisioneros políticos de la cárcel de Alta Seguridad. Claramente los senderos que pudieron unirnos hoy nos separan de forma drástica, en una muestra más de cómo nuestras elecciones de vida se van tensionando constantemente.
El antiguo punk anticarcelario, hoy convertido en empresario de la música, ligado a las mafias de las barras futboleras y a las drogas, realizó su espectáculo comercial/musical. Como custodios de la función estaba su permanente staff de matones ansiosos de encarnar prácticas policiales.
Al desatarse una avalancha deseosa de entrar gratis, la sed de ser autoridad fue desnudando lo peor de las personas que estaban en la organización del recital. Con bates y palos fueron golpeadxs quienes corrían escaleras abajo para alcanzar las puertas de acceso, luego fueron mojadxs y electrocutadxs con electroshock, produciéndose el desmayo y la parálisis casi como reacción en cadena.
Unx a unx fueron cayendo, aplastándose mientras recibían golpes de corriente conducidos por el agua. Unx a unx fueron desmayándose conocidxs/cercanxs y compañerxs algunxs, todxs devoradxs en la marea humana atrapada en una escalera electrificada.
Al final de la jornada, cuatro chicos murieron esa noche y uno más con el paso de los días. Cinco vidas que pudieron ser las de cualquiera de nuestrxs conocidxs/cercanxs o compañerxs, porque la muerte fue un azar en manos de los mafiosos de la organización de un concierto punk.
No escribimos estas letras pensando en los niveles de seguridad del recinto, en el “poco profesionalismo” de los guardias o en el descontrol propio del punk. Escribimos pensando en los chicos que encontraron la muerte en un incidente que evidencia al ciudadano-policía, deseoso de aplicar la violencia para defender y perpetuar tanto su rol de autoridad como sus intereses económicos.
Nuestras letras surgen desde la rabia, del instintivo impacto y también desde la alarma que nos produce que normalicemos lo ocurrido.
Para nosotrxs la música es una herramienta más de propagación de ideas, es un arma más de propaganda, así la entendemos y vivimos, lejos de las luces del espectáculo pirotécnico, del show comercial, de los dividendos y los empresarios que se sirven de ella.
Reivindicamos la autogestión, no solo de nuestros encuentros musicales sino que de nuestras vidas, reivindicamos la defensa de nuestra contracultura anárquica, del “hazlo tú mismx” siempre con la finalidad de propagar un mensaje de confrontación a cualquier tipo autoridad.
Nos resultan despreciables quienes organizaron el recital de Doom, como también la miserable reacción de la banda, que en diferentes comunicados ha mostrado su apoyo al mánager chileno como si se tratara de un caído en desgracia. Entre empresarios siempre se cuidan la espalda. En un irónico acto, la banda comprometió recursos para las familias de quienes murieron, fondos que llegarían a las manos del mismo sujeto que organizó el recital.
No queremos la caridad ni lastimosa misericordia. No buscamos sanciones judiciales por este caso, porque no reconocemos jerarquías, ni la falsa justicia estatal ni su pretendida superioridad. Negamos desde la práctica la delegación de nuestros conflictos.
No olvidemos a los muertos en Doom, nuestra única justicia será la memoria negra y la activación de los actos en venganza.
¡Fuego a los/as empresarios/as de la música…Guerra al Poder y al ciudadano policía!
«Contra Toda Autoridad», publicación a-periódica por la insurrección permanente.