(Traducido por Sin Banderas Ni Fronteras desde Inter Arma)
PALABRAS DE LA COMPAÑERA AGGELIKI SPYROPOULOU
Cuando la memoria se convierte en un arma…
La vida real pertenece a aquellxs que, sin estar dispuestxs a aceptar cualquier restricción o cadena, arman sus deseos con fuerza y valor, siguen los instintos y el impulso que florecen en ellxs y buscan la libertad absoluta. Para aquellxs que se arrojaron a sí mismos dentro del abismo y, al mismo tiempo, fueron lanzadxs hacia a las estrellas. Estos senderos son tan encantadores como inciertos. Estas personas, a diferencia de la masa cobarde, prefieren una vida con intensidad, independientemente de cuánto tiempo vaya a durar. Así que, después de haber vivido con plenitud, pueden despreciar su muerte cuando llega el momento.
Hace seis años, el velo negro de la muerte cubrió a un hombre de ese tipo, al anarquista Mauricio Morales. Hoy en día, se demuestra que ni el tiempo ni la distancia son capaces de hacernos olvidar. Es muy importante no quedar atrapadxs entre el olvido y la ceremonia de aniversario. Compañerxs como Mauricio Morales nos recuerdan la importancia de la continuación de la guerra que declaramos en contra de todos los aspectos del mundo civilizado moderno y su moralidad.
No hay peor muerte que aquella sin una causa, aquella que no está cubierta por las alas de una idea y de una idea que se convierte en una práctica peligrosa, como aquella que compartimos con Mauricio. Mientras respiremos y mantengamos la coherencia, demostramos que las pérdidas trágicas como la suya no dejan de tener una causa. En tanto el fuego que arde nuestro corazón y conduce nuestra mente, el mismo fuego que ardía dentro de él también, aún arda, entonces nuestrxs muertxs vivirán a través de nosotrxs, a través de nuestras acciones. Serán esas estrellas brillantes que acompañarán a cada unx de nosotrxs en las noches en que nuestras negaciones se convertirán elecciones conscientes y éstas, a su vez, se convertirán en acciones…
Transformando la rabia en el ataque… Ahora y siempre …
Aggeliki Spyropoulou, Ala de las mujeres de la prisión de Korydallos