(Recibido en nuestro mail, las Negritas en el texto corresponde a nosotrxs)
Sin duda alguna la revocación de la medida de arresto domiciliario total que el 15 juzgado de garantía había ordenado para el compañero Enrique Guzmán el pasado viernes 09 de junio, fue otra jugada más perpetrada desde el corazón de la bestia represora. Juezas de la corte de San Miguel, con marcados intereses de elite que defender, una de ellas familiar cercana de un político de derecha, de esos con mentalidad sangrienta y fascista. Hoy para algunxs es más evidente que llamadas telefónicas y fichas de corruptos persecutores se muevan y logren revertir una decisión basada en el «estado de derecho» con el que ellxs, lxs mismxs poderosxs, alardean; y sin embargo es algo que sabemos que ocurre desde siempre. Hoy, a nuestro pesar, el compañero Enrique debe volver tras los muros de la cárcel-empresa Santiago 1, aislado de su familia, su compañera y pekeña hija, así como también de todxs kiénes nos encontramos con él en la solidaridad irrefrenable con lxs compas perseguidxs por el Estado $shileno en el denominado «caso bombas 2».
Hoy es Enrique quién deberá pasar el tiempo nuevamente entre carcelerxs y rejas, pero lo que no podemos negar es que pudo ser cualquiera de nosotrxs. Cualquiera de esos indómitxs corazones rebeldes que al momento de ver cómo apresan a unx de lxs nuestrxs comienzan a latir con fuerza y rabia. Cualquiera de lxs que decidió no echar pie atrás en la senda avanzada, no doblar la esquina y correr, sino que seguir por el camino de la libertad, agudizando el conflicto y apoyando a quiénes habían caído entre las garras del enemigo. Cuando desde hace un tiempo ya, hablamos de que en este territorio -así como en otros- se está castigando la solidaridad nos referimos a esto, a cómo lxs que manejan los hilos de este lugar deciden encarcelar a kién se levanta con convicción y decisión frente a la adversidad; nos referimos a cómo una encomienda, una visita, un apoyo a familiares, y un vínculo de compañerismo y amistad pueden terminar encerrados en los centros de exterminio que el poder sostiene y defiende sin vacilaciones. Cuando decimos que la solidaridad es un arma peligrosa si se utiliza más allá de la linda consigna, entendemos que el poder puede sentir su fuerza y puede temer. Entonces, apunta y dispara a quién se atrevió a enfrentarlo.
La prisión de Enrique nos vuelve a recordar las sucias maniobras con que el poder resguarda sus intereses; pero también nos permite levantarnos con más rabia y rebeldía, con más decisión, reafirmando con todas sus letras akello que un valioso hermano nos dijo años atrás: Fiscales, jueces, gendarmes y policías son y serán desde hoy y siempre nuestrxs enemigxs.
Lxs compañerxs Juan, Nataly y Guillermo ya entregaron todo por la liberación del compañero Enrique Guzmán; más de 50 días en huelga de hambre líkida que hoy les significa un castigo (de a lo menos 1 mes para la compañera Nataly sin visitas, y aún por definirse en el caso del compañero Juan). Más de 50 días de huelga que les desgastó irreparablemente sus cuerpos, única arma que pudieron empuñar tras las rejas. Ellxs desde la cárcel-exterminio y desde el encierro total se levantaron con entereza y dignidad en contra de kiénes les kieren reducir.
Hoy, a este lado del muro, nosotrxs no podemos ser menos, pudiendo hacer mucho más.
¡HASTA DESTRUIR EL ÚLTIMO BASTIÓN DE LA SOCIEDAD CARCELARIA!
¡NO OLVIDEMOS QUE LA AGUDIZACIÓN DEL CONFLICTO PASA TAMBIÉN POR CADA UNX DE NOSOTRXS!
¡POR ENRIQUE, JUAN, NATALY Y GUILLERMO, POR NOSOTRXS MISMXS: CONFRONTACIÓN PERMANENTE AL PODER, EN TODAS SUS FORMAS Y LUGARES!
Colectivo Anticarcelario Vuelo de Justicia
vuelodejusticia[arroba]riseup.net