(Texto elaborado por lxs compañerxs de Por la Anarquia)
A estas alturas es indudable que la lucha anticarcelaria, con mayores o menores aciertos, es una de las prioridades para quienes se reclaman anarquistas o antiautoritarixs.
Patrimonio indeseado hasta no hace mucho tiempo de solo algunos grupos específicos, hoy día es común ver actividades en solidaridad para con lxs compañerxs presxs realizadas por la mayor parte de la orbita ácrata, o en repudio de los asesinatos que en las cárceles se cometen de mano del servicio penitenciario.
Así mismo, es común que se este informadx sobre los acontecimientos represivos o se comente acerca de comunicados o cartas de compañerxs secuestradxs por el enemigo.
Mas allá de un vistazo en principio entusiasta sobre esta situación, hay temas sobre los cuales nos gustaría puntualizar.
La cárcel en si misma es mucho mas que la estructura de cemento y hormigón, o las alambradas en el medio de la nada.
La cárcel es antes que nada una coacción estatal, un instrumento punitivo de los poderes todos, un vil medio de terror sobre la población y sobre las potencialidades rebeldes en particular.
Una constante amenaza que nos recuerda que si queremos, o si nos vemos obligadxs, por las motivaciones que sea, a salirnos de lo que lxs poderosxs nos permiten hacer, seremos castigadxs, seremos condenadxs, seremos encerradxs.
Amenaza que se vuelve realidad sobre los cuerpos de quienes en ella son depositados, despersonalizando a lxs presxs, torturándoles, moldeándolxs aun mas en los valores jerárquicos, capitalistas y patriarcales que rigen la conducta actual.
La cárcel es uno de los pilares fundamentales y mas palpables de la construcción abstracta que es la ley, causas y efectos que nosotrxs, anarquistas, buscamos destruir.
Pero también es un negocio, una gran torta de la que comen grandes porciones desde el Estado hasta las empresas telefónicas, pasando por los laboratorios farmacéuticos, las corporaciones que captan su mano de obra miserable entre la población carcelaria, la cantina desde donde se venden productos de primera necesidad para lxs encerradxs a precios exorbitantes, lxs carcelerxs y su distribución de droga, celulares y hasta armas (que no dudaran en confiscar apaleando a lxs mismxs que se las vendieron si las famosas requisas ordenadas así lo indican), lxs capangas de los pabellones, que lucran con lxs presxs mas “débiles” obligándoles a pagar una protección, de manera a veces mas explicita y otra mas sutil, pero siempre presente, y los programas de televisión que explotan el morbo de la mentalidad burguesa que de tanto en tanto gusta de mirar por la rendija hacia el infierno que ellxs crearon y que sostienen.
Por todo, deberíamos evitar el caer en simplismos acerca de la realidad carcelaria, y buscar interiorizarnos mas acerca de la misma (sus responsables, sus inversionistas, las realidades intra e intercarcelarias) si es que queremos dar unos buenos golpes y no quedarnos en las 3 o 4 verdades esgrimidas en charlas, actividades, publicaciones o paginas de internet.
Las prisiones tiene que ser destruidas, todas, es cierto. Abajo los muros, es una frase que nos contenta a todxs, que sabemos es correcta, pero si perdemos de vista la compleja conformación de los centros de tortura de la democracia, nuestra lucha no llegara a buen puerto.
El error de creer que, quien esta presx, por el hecho de estarlo, es “buenx”, es de “lxs nuestrxs”, o lo que es peor, es una pobre víctima, a llevado a mas de unx a darse la cabeza contra la pared, quedando atontadx por mucho tiempo. Y a otrxs los ha llevado a un nockout del que parecen no despertaran.
Esta búsqueda frenética, aunque simulada pues no es reconocida (al menos públicamente), de un nuevo sujeto revolucionario (antes el proletariado, ahora lxs presxs…) solo evidencia la carencia en la proyectualidad de algunxs compañerxs que aun no acaban de entender el problema de trasfondo, y vegetan sobre el romanticismo, sobre lo estético, sobre los eslóganes.
Nuestras energías por ende tienen que ser focalizadas en tanto nosotrxs, y nuestra realidad acerca de la cárcel y las prisiones, que nos afecta a todxs independientemente de que haya motivaciones personales que pueden ensalzar aun mas la dulce venganza.
Ya volviendo mas hacia nuestro ambiente, gustamos de compartir también algunas consideraciones. Nadie discute que el apoyo a lxs compañerxs prisionerxs en los centros de exterminio del enemigo es parte inseparable de la lucha contra la dominación, así como la urgencia de la destrucción de esos centros de tortura, todo lo contrario, desde aquí incentivamos a hacer real ese apoyo, mas aun en estos momentos donde en el estado español y la región chilena por poner solo dos ejemplos, el aparato represivo golpea otra vez sobre nuestrxs compañerxs.
Nosotrxs mismxs practicamos esta solidaridad desde multiples ambitos y no hace dos días (aunque de manera poca eficiente por lo visto)
Lo que sucede es otra cuestión.
Lamentablemente muchas veces se cae en lugares comunes y repeticiones que mas tienen que ver con una situación de respuesta (defensiva), que con un planteamiento y una practica clara de confrontación (lo cual claramente ubicaría la acción en la multiplicidad de la ofensiva).
Así, mas de una vez nos hemos inmerso en el peligroso juego de acción/reacción, dirigiendo todos nuestros esfuerzos a la difusión pacifica (o pasiva si se prefiere) y a la pretendida solidaridad, obviando la lucha por la cual lxs compañerxs están encarceladxs.
Quedando entonces su situación (la de lxs encarceladxs) en una acción particular, congelándolxs en un hecho o una fecha sin profundizar en los problemas de fondo, deslizándonos solo por las formas, que sabemos son muchas y todas bienvenidas, eso si: siempre que sean cuestionadoras o de ataque…tampoco es cuestión de autocomplacerse creyendo que hacemos algo cuando, por mas duro que sea, no estamos haciendo nada.
Por acá decimos que solo con la constante (auto)critica se llega a la raíz del asunto.
Hay que pensarse compañerxs, y no hay que mentirse…no hay que mentirse mas.
Y dejando lejos nuestro los tópicos comunes, muchas veces no deberíamos dejar de detenernos a analizar estas actividades, y repensarnos si estamos haciendo todo lo que podríamos, o por el contrario, nos estamos deteniendo en el terreno seguro de lo ya conocido.
Así mismo, no se puede caer en ligerezas verbales poco afortunadas, en esas expresiones tan conocidas y tan repetidas dentro de nuestro ámbito, por ejemplo aquella de que “todxs somos presxs”…es una verdad sin duda, pero lxs que están en la prisión se encuentran cien veces peor que nosotrxs, lxs de este lado del muro, que no quede ninguna duda.
No se puede relativizar todo, hay grados y responsabilidades, tanto de este lado, como del otro.
Del mismo modo que no pondríamos en la prioridad de nuestros objetivos a un pequeño comerciante que administra un kiosco antes que a un banco o al gerente del mismo (por mas que para la perpetuación del dominio se necesite la retroalimentación entre ambos) tampoco podemos igualar la situación de lxs compañerxs en la calle, que si bien vigiladxs, filmadxs, y muchas veces acosadxs por el enemigo, cuentan indudablemente con mas posibilidades que compañerxs que transcurren años encerradxs en celdas mugrientas de 1 metro y medio por 2 metros, hacinadxs, con el riesgo certero de contraer enfermedades varias, 23 horas al día sin luz solar ni visita de sus seres queridxs ni entrega de encomiendas ni de cartas, a disposición de los dictámenes de unx juezx y a merced total de esxs repugnantes mal nacidxs que son lxs guardiacarceles, como también debiendo cuidar sus espaldas de otrxs presxs igual de autoritarixs y arrastradxs que sus captores, a quienes les hacen de mano de obra a la hora de anular mediante una cuchillada artera a alguna individualidad rebelde que altere el normal funcionamiento de la prisión.
Ya teniendo estas cosas claras, insistimos, en el replanteamiento de nuestras acciones (cualesquiera fuesen), y en dotar a la lucha de unas condiciones que a muchos pareciesen escaparseles: seriedad y compromiso.
Creemos que hoy día, por lo menos en el contexto argentino que es el que nos toca movernos, resulta por lo menos ridículo andar repartiendo volantes y tratando de concienciar sobre los males de la cárcel a la sociedad que es la que justamente pide prisiones mas seguras, penas mas duras, mas policía, y mas control. ¡La misma sociedad que no duda en aplaudir y realizar actos de linchamientos en respuesta a una política de castigo estatal que ellos juzgan demasiada blanda!
Este empecinamiento ciego por “llegar a la gente” (vaya a saber unx desde que lugar de delirio mesiánico, o de cristiana timidez), no hace mas que disminuir las potencialidades de una lucha que si tomase un carácter mas ofensivo, por lo menos pondría en aprietos a lxs guardianes y vigilantes, a la vez que de ese modo se convertiría en una propuesta concreta y palpable, destrozando el consenso, el pacto social sobre el que se fundan nuestras desgracias.
Las formas son varias, han existido grupos o individuos que se encargaban de ajusticiar a lxs penitenciarixs que torturaban a lxs presxs, previamente haber realizado sobre lxs guardiacarceles un trabajo de seguimiento para averiguar y corroborar su rutina, sus rutas, su hogar…la misma suerte corrían lxs delatorxs o lxs ciudadanxs que habían herido a algúnx revolucionarix en ocasión de un robo o alguna acción de sabotaje.
Compartimos ejemplos históricos como el anterior, porque no nos creemos ser la novedad ni lo ultra de lo ultra, mas bien continuidades de expresiones de combate que existieron siempre, pero que indudablemente la mayoría de lxs erigidxs como libertarixs han intentado acallar, silenciar…derrotar.
La solidaridad no puede pasar sola y simplemente por una venta de rifas, un recital salpicado de alcohol, una bandera colgada en un puente, o por copiar noticias o publicar comunicados en un blog como este o cualquier otro… se supone somos anarquistas, se supone estamos en guerra…no decimos nada nuevo, somos persistencia y terquedad, tampoco decimos nada que no intentemos, con errores, aciertos y mucho, mucho esfuerzo llevar a la praxis, solo reafirmamos que si queremos dotar de un carácter mas serio a la lucha debemos estudiar nuevas posibilidades, encontrando el modo de llevarlas a la practica, solxs o en grupos, eso es lo de menos, lo único relevante es la convicción.
Y la solidaridad la entendemos como la extensión de la misma lucha. A buen entendedor/a…
En cuanto a la difusión, al igual que cualquier aporte, nunca estará de mas en tanto se enmarque en una lucha mas amplia y contundente, y sea acompañada por la herramienta, o el medio, por excelencia de lxs anarquistas: la acción directa, que como bien sabemos, es violenta, o no es acción directa. Etapas nuevas de confrontación en las cuales dejar las rencillas personales y los amiguismos de lado es primordial, así como los viejos prejuicios, dogmatismos y los lugares comunes.
La humildad nos impide llamarlo una maduración, pero seamos sincerxs, cuando menos una profundización, un afilamiento, un salto cualitativo, andamos necesitando…
Seria estupido y contradictorio que renegaramos por ejemplo de las paginas de contrainformación, administrando nosotrxs mismxs una, y valorando el aporte que muchas de ellas hacen a la lucha.
El problema, lo repetimos, es detenerse en esa clase de aportes, en el ritmo frenetico de las noticias tras las noticias, sin tener el tiempo de sentirlas, analizarlas, propagarlas…mas cuando hablamos de compañerxs presxs, heridxs o muertxs.
Esta es nuestra manera de entender la lucha anticarcelaria y tambien la lucha anarquica, buscamos ser lo mas consecuentes posibles entre nuestro decir y nuestro hacer, aunque esto nos conlleve a perder popularidad en el ambiente, a realizar alguna acción de tanto en tanto en vez de cien jornadas y erigirnos como “referentes buena onda de la movida”, aunque también nos lleve a aislarnos, lo sabemos, pero también a encontrarnos con lxs precisxs.
El alejamiento no es perjudicial si se gana en intensidad y en profundización, si lo que se rompió era solo una burbuja que no contenía mas que aire viciado.
Esta es nuestra manera decimos, pues otrxs compañerxs, compañerxs sincerxs por cierto, consecuentes también, decididxs porque no, pueden tener otra interpretación, mismo lxs compañerxs en prisión, muchxs de ellxs, seguramente tengan otra reflexión de las cosas aquí planteadas.
No acostumbramos a hablar en nombre de nadie, mas que de nosotrxs mismxs.
Y nos gusta el debate, las inquietudes, el mutuo crecimiento, ante que las chicanas y las batallitas de biblioteca o virtuales.
Se trata entonces de acercarnos un poco mas a lo que soñamos, a lo que queremos, por lo que luchamos. Extendiendo la anarquía como practica ofensiva contra cualquier clase de orden, y no como asistencialismo camuflado, ni excusa para el jolgorio de unxs cuantxs, es como creemos se debe llevar adelante una verdadera lucha anticarcelaria.
Lo queremos crear, a todo esto, desde la anarquía, no vamos a regalar la palabra, que es mucho mas que eso, en tanto la dotemos de nuestras intenciones y concreciones… y no nos vamos a regalar.
Las palabras se vacían de contenido si las pronuncian lenguas muertas, y es que hoy mismo y hace tiempo asistimos en este territorio a un progresivo avance de sectores izquierdistas o humanitarios (o de organismos de derechos humanos) hacia una posición abiertamente anticarcelaria, y no con pocos guiños hacia el pensamiento anarquista (no así a la practica)
Tal vez sea que lxs demócratas de la “verdadera democracia del pueblo” ya no pueden sostener un discurso de “libertad a lxs presxs politicxs” cuando su mano de militancia (o deberíamos decir de pastoreo) proviene de los barrios mas bajos y marginales, compuestos en su mayoría por personas que poco les importa la situación de tal o cual presx político, algo por demás entendible si hablamos de gente que sobrevive día a día con lo justo para comer y vestirse, conviviendo con sus propios problemas que seguramente son muchos y para nada triviales y que además probablemente tenga, no unx, si no varixs familiares o amigxs en prisión.
Puede también que busquen asimilar posiciones anarquistas como lo han hecho a lo largo de la historia, ejemplos sobran.
Como sea, este gesto que muchos pretendidxs anarquistas saludan y acompañan, no son a nuestro entender mas que maniobras oportunistas que persiguen un reedito político.
No necesitamos a estos grupos ni a estas personas arrimadas, están demás, confunden y parcializan. Apuntando solo a un objetivo, muchas veces bregando por el abolicionismo, no hacen mas que retrasar la confrontación contra la dominación en su totalidad.
No es que seamos pesimistas ni unxs inconformes incurables (aunque tal vez esto ultimo sea un poco cierto), simplemente no nos encandilan las luces faranduleras y vemos detrás del maquillaje con que la cara progresista y legalista busca seducirnos.
Otra cosa bien distinta son lxs compañerxs de otras tendencias con las que guardamos diferencias, pero lxs sabemos convencidxs y consecuentes en su hacer, en su lucha.
Sabemos distinguir, a unxs lxs despreciamos, a otrxs lxs respetamos…y a veces mas que eso.
No perdamos de vista la lucha compañerxs, y no nos perdamos a nosotrxs creyendo aportar a la misma.
La destrucción de las cárceles va en directa correlación con el modo de entender su realidad, y luchar contra la misma. Va en correlación con practicar la solidaridad real, la cual arriesga sin cálculos políticos ni a la espera de aplausos ni fama. Buen ejemplo de ello es la reciente huelga de hambre hasta la muerte impulsada por lxs compañerxs de la Conspiración de las Celulas del Fuego en Grecia.
Va en correlación con la anarquía decimos, esa que nos motiva día a día a rompernos los sesos intentando ver el modo de hacer de nuestra lucha algo realmente peligroso.
Esa que nos motiva a pesar de las dudas, a actuar y a actuar, aun cuando no tengamos resuelta para nada la duda anteriormente descripta…